Cuánto estarías dispuesto a pagar para asegurar la felicidad de tus hijos/as? Muchas veces me han preguntado, mi hijo tiene posibilidades? Vale la pena que siga invirtiendo dinero en él/ella? Aquí una reflexión que puede ayudarnos a encontrar la respuesta a esas preguntas.
"Jugué bien, gané", "jugué mal, perdí", o "soy un desastre, no le gano a nadie", son frases que podemos escuchar habitualmente de chicos que compiten, después de algún torneo.
Este análisis resultadista, sin dudas marca una influencia negativa de la sociedad sobre el chico, que no deja que éste pueda desarrollarse libre y completamente. Y digo que la sociedad es resultadista, porque lo mismo pasa con el fútbol por ejemplo, donde hoy no han transcurrido 5 fechas del campeonato, y ya hay técnicos que deben dejar sus equipos por los malos resultados.
Esta influencia, sin dudas condiciona la manera de pensar y de sentir de los chicos, que necesariamente deducen que si no tienen tal o cual ránking no está bien, o que si no ganan son un desastre.
Por eso, es importante que desde nuestro rol de entrenadores o padres, exijamos y esperemos de cada chico lo que cada uno pueda rendir de acuerdo a sus posibilidades. Que los evaluemos, y los premiemos o les llamemos la atención, de acuerdo a su rendimiento y a su esfuerzo, y no a sus resultados. Porque a la larga, el que triunfa es el que se esfuerza, sea o no, adentro de una cancha de tenis.
Premiemos y valoremos el esfuerzo de nuestros hijos y de nuestros alumnos. Busquemos que ellos mismos disfruten de esforzarse por mejorar y no sólo de realizar las cosas bien o de ganar. Inculquemos en ellos las ganas de querer ser mejores todos los días, sin importar lo que hagan: en la escuela, como hijos, como amigos, en el tenis. Que las cosas se hagan con responsabilidad. Si a la responsabilidad le sumamos la pasión, seguramente en el futuro tendremos un campeón, quizás no de Roland Garros, pero sí seguramente, un campeón de la vida.
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