Seguramente hemos escuchado hablar de que a veces los jugadores están “en la zona”, o sienten que las cosas simplemente “fluyen”.
En el deporte practicamos y repetimos tantas veces las mismas situaciones, que llega un momento, cuando estamos realmente concentrados, en el que podemos realizar esas acciones sin siquiera pensar en lo que estamos haciendo. Las cosas simplemente salen.
De alguna manera, cuando mejor nos salen las cosas, es cuando las realizamos de manera “inconsciente”.
Por eso, muchas veces dejar de pensar en algo que no podemos realizar, es la mejor manera de que luego nos salga. Dejar de tratar demasiado. Sacamos la atención de ahí y la ponemos en otra cosa, y quizás de esa manera logramos lo que estábamos buscando primero.
Hay algo que se llama parálisis por análisis. Si pensamos mucho nos paralizamos y no podemos actuar, o nos lleva mucho tiempo decidir y para cuando lo hacemos ya es demasiado tarde. En el tenis eso no puede pasar porque se juega demasiado rápido. Por eso se entrena tanto hasta automatizar hasta los más mínimos detalles.
Sin embargo, si alguna situación o hecho nos saca de ese proceso en el que nos movemos automáticamente y nos hace pensar, probablemente nos cause inconvenientes. El ejemplo más común de esto es el que sucede cuando un jugador erró su primer saque y algo lo interrumpe entre el primer saque y el segundo. En ese caso hay muchas probabilidades de que se cometa una doble falta.
¿Por qué es eso? Porque pensamos. A veces pasa de manera accidental, y a veces es provocado con o sin intención por el rival.
Equipo TOA
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