El argentino se encuentra en un año complicado
Diego Schwartzman puede no estar teniendo el año que esperaba, pero este lunes en Roland Garros el argentino dio un golpe encima de la mesa. El No. 95 del Pepperstone ATP Rankings remontó 1-6, 6-7(5), 6-2, 6-0, 6-4 a Bernabé Zapata Miralles, cabeza de serie No. 32 del torneo, y avanzó a la segunda ronda.
“Han sido meses donde no encontraba el nivel ni las victorias”, explicó Scwhartzman. “Cuando lo hacía bien, el rival lo hacia mejor todavía; cuando lo hacia peor, me ganaban rápido. En los torneos en los que encontré buenas sensaciones, tuve sorteos que no me ayudaron nada: contra Sinner dos veces, con Rune… con un poco de suerte, podría haber ganado algunos partidos más y mejorar mi año. No fue así y caí aun más”.
Para Schwartzman, con un balance de 6 victorias y 14 derrotas y casi fuera de los 100 primeros, el triunfo fue una buena alegría que dejó paso a una pregunta que viene repitiéndose en los últimos tiempos: ¿Qué le pasa a El Peque?.
“Quizás encontraré una explicación un poco más adelante”, respondió el argentino. “Intentamos distintas cosas dentro de mi equipo, de común acuerdo y con la mejor de las intenciones. Pensamos que seguramente necesitábamos un cambio. Muchas veces, uno intenta buscar culpables donde no hay nada”.
Esos cambios incluyeron reemplazar a su segundo entrenador, Alejandro Fabbri, por Mariano Monachesi, que también trabaja con Facundo Díaz Acosta, y cambiar a Martiniano Orazi (preparador físico) por Ignacio Menchón, que ayudó a Juan Mónaco cuando llegó a ser Top 10.
“Sigo haciendo las cosas exactamente igual. De hecho, tuve que entrenar mil días más porque antes ganaba muchos partidos, afortunadamente. Lo hice con buen ánimo, pero las cosas no salen”, lamentó. “Siendo honesto, estoy un poco cansado del día a día, me cuesta un poco más. Yo siempre he sido un jugador que ha hecho las cosas muy bien fuera de la pista, encontrando recompensa dentro. Eso no ha pasado y quizás la frustración hace que todo sea más complicado”.
Abriéndose paso entre los mejores, Schwartzman llegó a ser el No. 8 del mundo, alcanzando las semifinales en Roland Garros (2020) y los cuartos de final en el US Open (2017, 2019) entre otras grandes conquistas, incluyendo 4 títulos ATP Tour.
“Siento que pertenezco a un lugar y me lo metí en la cabeza”, dijo. “Se lo digo a muchos argentinos: uno tiene que creerse que es bueno y que está para ganar. Quizás, el día que no me sienta así… pues hasta aquí hemos llegado”, siguió. “Siempre lo dije: no quiero ser un jugador que simplemente venga a los torneos”.
“Tengo que aceptar un año con bajón tenístico”, confesó el argentino. “No sé cómo respondería a una segunda o tercera temporada teniendo que organizar un calendario distinto. Y no es por una cuestión de falta de humildad. Cada uno se siente cómodo jugando unos determinados torneos, con una posición en el ranking. Voy a cumplir 31, y ojalá pueda seguir haciéndolo. Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para ser lo mejor posible”, añadió. “Para volver tengo un abismo por delante. Hay que ver hasta dónde me dan las ganas. Si el año que viene sigo intentándolo y el tenis no me lo devuelve… ya veremos qué hago en mi día a día”.
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